La salud es prioritaria. Y el bienestar general del pueblo, también.
Como daño colateral de la pandemia, la economía se verá también dañada. Las indicaciones de los organismos oficiales son no salir a la calle más que para cubrir necesidades básicas y ello, sin lugar a dudas, está afectando y afectará principalmente a las pequeñas empresas que se han visto obligadas a cerrar sus puertas de cara al público. Pero, en el decreto de estado de alarma se contempla que el comercio por internet, por correspondencia y telefónico pueda seguir manteniéndose activo.
Así que ahora es el momento de apretar los dientes y buscar soluciones para conseguir que nuestra pequeña empresa siga adelante de la mejor manera posible. Haciendo acopio del espíritu de lucha que nos caracteriza, de las ganas de mantenernos a flote y, por supuesto, de toda la imaginación que tengamos.
Esta crisis es pasajera. La superaremos, todos juntos, y conseguiremos remontar todas las pérdidas que hayamos tenido. Pero, mientras tanto, es necesario plantarle cara a la situación y capear la situación de la mejor manera posible.
Desde Cerdá queremos darte algunos consejos para que tu pequeño e-commerce pueda seguir adelante y lidiar, así, con esta crisis que nos afecta a todos.
¡Adelante, vamos a ellos!
El riesgo 0 de infección no existe. Pero cuando hablamos de venta online, telefónica o por correspondencia, éste es muy bajo. Estudios científicos han demostrado que el virus, si no ha entrado en un organismo vivo, a las pocas horas muere y en elementos como el plástico o el aluminio, este es el plazo de supervivencia máximo del COVID-19.
Por tanto, la venta online es un sistema muy eficaz para poder llegar a todos nuestros clientes y reducir los riesgos de contagio entre empresa, repartidores y clientes.
Eso sí, tomando siempre las máximas precauciones para que las entregas se hagan respetando todas las medidas indicadas por los diferentes organismos oficiales. Si potenciamos nuestras ventas no presenciales, podremos seguir atendiendo a nuestros clientes y evitar así reducir o cancelar nuestra facturación.
Fomentar el teletrabajo, en la medida de lo posible, es la clave. Cuantos menos trabajadores estén acudiendo diariamente a las oficinas o almacenes, menos riesgos para todos. Pero, para poder mantener nuestro e-commerce a flote, es fundamental que el ritmo de trabajo se mantenga fluido y eficaz.
Por tanto, todo aquel personal que pueda desarrollar su trabajo desde su hogar, transcribiendo pedidos online, pasando a los almacenes los realizados de forma telefónica, dando también de este modo asesoramiento y soluciones a los clientes… seguirá ejerciendo su labor y manteniendo la satisfacción del público.
En estos duros momentos, en el que vemos que las ventas están disminuyendo, es necesario pararse y estudiar la situación personal de nuestra propia empresa. Si podemos fomentar la venta online, hagámoslo sin dudarlo, pero si nuestras finanzas no nos permiten hacer todo el desembolso necesario, vayamos por partes.
Llegados a este punto, existen diferentes opciones que nos pueden ayudar a salir del paso, como las reducciones de jornada de nuestros empleados, la creación de bolsas de horas flexibles que permiten que semanalmente se trabajen un número de horas determinadas y, más adelante, ya se recuperarán. O, también, que éstos puedan disfrutar, si así se acuerda entre trabajador y empresa, de un periodo vacacional ahora.
De este modo, nuestra empresa podrá seguir funcionando, facturando y generando beneficios.
En última instancia siempre podemos solicitar un ERTE (expediente de regulación de ocupación temporal). De este modo, podremos ajustar nuestra plantilla a lo estrictamente necesario para poder seguir trabajando según el volumen con el que contemos. Si tienes dudas sobre estas medidas legales y laborales de esta crisis del COVID - 19, no te pierdas nuestro webinar sobre el futuro del sector retail después de la crisis del coronavirus.
El COVID-19 ha invadido nuestras calles, pero no acabará con nosotros. Los esfuerzos que, durante años hemos hecho para levantar nuestra empresa, el mimo, las horas dedicadas, los quebraderos de cabeza… todo ello no puede caer en el olvido ni borrarse de golpe. Nada ha sido en vano. De eso, no hay la menor duda.
Así que este es el momento de hacer frente a la situación y tirar adelante.
Juntos lo conseguiremos. ¡Todo irá bien!