En Cerdá sabemos que construir cultura de empresa no siempre requiere grandes discursos. A veces, basta con un cucharón, un delantal y muchas ganas de compartir. Por eso, repetir por segundo año nuestro Certamen de Arroz con Cosas no es solo una anécdota gastronómica: es una muestra tangible de cómo entendemos el trabajo en equipo, la cercanía y el valor de las pequeñas cosas que nos unen.
En Cerdá creemos que las mejores ideas —y los mejores equipos— se cuecen a fuego lento. Y no es solo una metáfora. Por segundo año consecutivo, hemos celebrado nuestro ya emblemático Certamen de Arroz con Cosas, una cita en la que el talento, la creatividad y el compañerismo comparten cocina (y mantel).
Lo que comenzó como una actividad informal para desconectar, se ha convertido en una tradición que refleja, cucharón en mano, el verdadero sabor de nuestra cultura corporativa.
La cocina tiene un poder especial: iguala, acerca, crea espacio para las risas, el debate y el descubrimiento mutuo. Y en este certamen, eso se nota. Compañeros de distintos departamentos forman equipo, se organizan, cocinan y presentan sus platos con orgullo (y, a veces, con algo de competitividad sana).
¿El resultado? Un entorno colaborativo fuera del día a día, donde surgen conexiones reales que luego se trasladan de forma natural al entorno laboral.
Más allá del sabor de los arroces, lo que se celebra es el espíritu de equipo. Cada receta es una excusa para compartir, debatir, proponer ideas, asumir roles… Y al final del día, lo importante no es quién gana, sino todo lo que se ha compartido durante el proceso.
Este tipo de dinámicas favorecen la inteligencia colectiva, rompen barreras jerárquicas y fomentan la implicación emocional con la empresa.
Desde hace años, en Cerdá trabajamos por construir una cultura basada en el respeto, la creatividad, la cercanía y el compromiso. Eventos como este nos permiten materializar esos valores en acciones concretas.
El certamen es también un reflejo de cómo entendemos el liderazgo: compartido, participativo y cercano. Porque sí, se trata de cocinar, pero también de escuchar, decidir, organizar, colaborar… habilidades que, en realidad, usamos cada día en nuestros proyectos.
Esta segunda edición ha sido una nueva muestra de la cultura de empresa que estamos construyendo entre todos. Una cultura que apuesta por el bienestar, la creatividad y el reconocimiento mutuo.
Y es que el teambuilding no necesita grandes presupuestos: basta con una idea sencilla, bien planteada, que conecte con las personas. Eso, y una buena paella.
Además, el jurado, las presentaciones, los nombres de los platos, los emplatados… todo forma parte de la experiencia. Una experiencia en la que todos participan y se sienten protagonistas.
El II Certamen de Arroz con Cosas ha sido, una vez más, un éxito rotundo. Porque más allá del sabor, nos deja algo que no se mide en cucharadas: conexión emocional, cohesión de equipo y orgullo de pertenencia.
Y porque en Cerdá lo tenemos claro: aquí, cocinar también es una forma de construir empresa y sobre todo es un Life's Little Moment que se suma.