15 junio 2021 / por Cerdá Group
En España estaba mínimamente implantada en comparación a la mayoría de los países europeos. Ha sido durante la reciente pandemia cuando se ha convertido en una práctica extendida en gran número de empresas de nuestro país. Esta sensible situación hizo que rápidamente las empresas tuvieran que mover su núcleo laboral a los hogares con la implementación del teletrabajo, teniendo que adaptarse desde el mes de marzo de 2020 hasta día de hoy, donde muchas empresas siguen bajo esta forma de trabajo. También es cierto que empieza a percibirse una vuelta a la normalidad. Motivado por ello se está creando mucho debate sobre si es a la larga es una medida positiva o no para las empresas y para sus trabajadores.
Por una parte, son muchas empresas que ven el trabajo en remoto como una oportunidad, pero otros como un potencial problema que posiblemente tenga un impacto negativo en el desarrollo de la empresa al percibirse un efecto negativo sobre el trabajo en equipo o sobre la propia productividad de algunos puestos. Por otra parte, a nivel trabajadores, la opinión sobre la misma varía mucho según circunstancias en muchos casos individuales: posibilidades y espacio en la casa, ahorro en tiempos de traslado e incluso la personalidad de uno mismo.
A pesar de que el teletrabajo haya llegado de manera imprevista a nuestras vidas, hay muchos sectores que no van a poder depender a largo plazo de esta forma de trabajo, ya que la presencia física en la empresa de algunos es indispensable como es el caso de las fábricas o unidades más de operaciones y logística o incluso sectores como el de la restauración. Por el contrario, gran parte del sector servicios o de determinadas áreas de las compañías (administración, ventas, marketing) pueden ser mucho más idóneos para este tipo de trabajo.
Desde las empresas, lo que más se ha cuestionado del teletrabajo ha sido si la manera de desempeñar la función es suficientemente productiva y autónoma para poder seguir implementando a largo plazo sin necesidad de acudir a la empresa.
Como siempre se ha dicho, los extremos no siempre son lo más conveniente y ya se empieza a hablar de fórmulas mixtas (2 días teletrabajo y 3 oficinas o viceversa) que permitan sacar beneficios de ambas prácticas. De hecho, en una encuesta realizada por Adecco, se señala que un 77% de empresas está a favor del desarrollo laboral de forma mixta, implantando presencialidad y trabajo en remoto a pesar de que la situación sanitaria ya permite volver al 100% de presencialidad.
Podemos afirmar, como bien reflejaba el artículo de opinión del diario El Mundo el pasado día 23 de mayo, que es ahora el momento donde más empresas están reflexionando sobre qué medida será la más idónea en cuanto a la no presencialidad. Y son muchos los empleados que se preguntan si regresará la presencialidad o si, por el contrario, el teletrabajo seguirá llevándose a cabo. Las encuestas recientes apuntan que los trabajadores desean fórmulas mixtas con cierta flexibilidad.
Es cierto que, a raíz de esta extraordinaria situación que estamos viviendo, se está desarrollando un proceso de humanización y mayor socialización dentro de las empresas. Este proceso se refiere a la transformación del lugar de trabajo. Cambiar la imagen de un sitio aburrido y tradicional a un lugar de ocio y socialización, donde los empleados son parte de una ‘comunidad’ y dejan de ser simples trabajadores en las instalaciones de la empresa. De esta manera, los días que acudan a la empresa, se lleven a cabo los procesos para conocerse, colaborar y trabajar en equipo de la mejor manera posible. Cuando los empleados están felices, son más productivos y eso es realmente lo que a ambas partes acaba beneficiando.
De cara a que podamos tomar la mejor decisión, es importante valorar las ventajas y desventajas del trabajo desde casa.
De cara a sacar lo más positivo del teletrabajo, en Cerdá hemos diseñado una serie de medidas que mejorarán la efectividad del trabajo en remoto. Estas son las principales recomendaciones:
Desde Cerdá hemos desarrollado un ejercicio de responsabilidad en ambas direcciones. Por una parte, la empresa ha desarrollado una fórmula que es positiva tanto para la empresa como para la conciliación de la vida personal y profesional de nuestros trabajadores. En el momento que ambos aspectos no estén equilibrados, sabremos que la fórmula no es la idónea.
Por otra parte, los trabajadores que formamos parte del proyecto debemos hacer un esfuerzo por mejorar nuestra productividad bajo este modelo. Tan importante es que logremos conciliar como asegurar los máximos resultados para la compañía.
Trabajadores felices laboralmente nos llevarán a mayor productividad. Esa mayor productividad puede transformarse en mejores resultados para la compañía lo cual revertirá en que ésta cuide mejor a los trabajadores de Cerdá.
Lo que nadie puede discutir es que esta nueva forma de trabajo ha venido para quedarse. Por eso es importante que reflexionemos individualmente. Debemos, desde nuestra responsabilidad individual y colectiva, tomar la mejor decisión posible, reforzando el liderazgo como compañía que todos deseamos.
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